"¡Qué se callen un minuto!", se lo escucha decir a Fernández, a metros de la gente.

Pegado a las rejas de la Casa Rosada, con barbijo y un megáfono en la mano, Alberto intenta controlar a la gente y encauzar una situación que luego se desmadraría, con la irrupción a la fuerza de varias personas en el Patio de las Palmeras. "¡Uno por uno, eh!", se puede oír decir a una voz que no se puede identificar claramente a quién pertenece. Miren, estamos organizándonos para que ustedes en algunas horas despidan a Diego. "Lo que necesitamos es que vuelvan a ordenarse y vuelvan a entrar en el modo que estaban entrando", agregó. El grupo de hinchas y seguidores, finalmente, pudo quebrar la seguridad presidencial y se adentró hacia el interior del velatorio de Diego Maradona. El hecho duró poco más de 10 minutos. Lentamente, la Policía Federal retiró hacia la salida a cada uno quienes irrumpieron en la sede del Poder Ejecutivo. Las ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, apoyó que esa acción se haya llevado adelante "sin violencia".

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Por la invasión a la Casa Rosada no hay detenidos ni heridos (sí, muchas personas alteradas por los gases lacrimógenos que se tiraron dentro del lugar).

Además apuntó contra la llegada al lugar de 7 micros de la barra brava de Gimnasia y Esgrima La Plata que, según precisó, "se dio en una perfecta coordinación para acompañar el ingreso" de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Esa resolución se originó desde el momento en que la ceremonia tenía previsto finalizar a la ceremonia a las 16, como quería originalmente la familia del ex futbolista. El Gobierno Nacional sugería continuar con la ceremonia para evitar más incidentes.